El factor hereditario juega un papel muy importante en la predisposición de una persona a muchos problemas dentales. Esto significa que existe una mayor probabilidad de padecer una afección bucodental, independientemente de los hábitos de salud bucodental.
Es la ausencia de uno o más dientes, ya sea temporal o permanente, que nunca se formaron debido a problemas genéticos.
Es la anomalía craneofacial más relacionada con antecedentes hereditarios. Implica la fusión incompleta del labio con el paladar.
Es una alteración en el tamaño de los dientes que se puede observar como excesivamente pequeños.
La genética juega un papel importante en la determinación del tamaño de la mandíbula. Una mandíbula muy pequeña o muy grande implica una falta o un exceso de espacio, lo que puede causar apiñamientos, espacios o lagunas dentales.
Aunque la genética no es una causa directa de ambas enfermedades, se considera un factor importante en su predisposición.
El diagnóstico y tratamiento tempranos de muchos de los problemas dentales genéticos antes mencionados contribuyen a la protección de las encías y los dientes.