Las gemas, piercings o joyas en los dientes son usadas desde los antepasados en muchas culturas desde la antigua civilización maya, hasta la actual América Central y el sudeste asiático como muestra de poder, jerarquía y belleza.
Algunas de las gemas más comunes y que se pueden encontrar en diferentes tamaños son: – Diamante – Cristale – Rubie – Zafiro
Son pequeñas joyas que se adhieren a la superficie del diente por medio de un adhesivo.
Este procedimiento debe ser realizado por un odontólogo con experiencia y capacitado, preferiblemente de odontología estética, quien realiza la limpieza de la superficie del diente y posteriormente pone un producto similar a un cemento en la base plana de la gema para que esta se adhiera a la pieza dental.
El principal efecto negativo de realizar estos procedimientos es la desmineralización localizada del diente en el sitio de aplicación de la gema, dañando el esmalte dental y afectando la salud oral, puesto que aumenta la posibilidad de presentar enfermedades de las encías y caries.
Muchas personas hacen uso de estas gemas para mejorar su autoestima, puesto que algunas veces la deficiencia de minerales o el exceso de consumo de especias y/o condimentos hace que los dientes presentan manchas.