Es muy común que los odontólogos, médicos generales y en emergencias atienden pacientes con síntomas asociados a infecciones por problemas dentales; sin embargo, los profesionales que reciben estas consultas no poseen mucha información sobre este tema.
Recordemos que el diente está compuesto por dentina, esmalte y una raíz, que en su interior hay un tejido blando fibroso llamado pulpa dental. Cuando se presenta un absceso dental agudo, es porque las bacterias han ingresado a la pulpa por acumulación de pus.
Algunos de los síntomas de una infección dental son los siguientes: – Dolor: sensación de latido en la pieza dentaria y dolor intenso, punzante y persistente que se irradia al cuello, oído y mandíbula. Empeora al recostarse. – Sensibilidad: Se sienten molestias a la masticación, al apretar las muelas y con alimentos fríos o caliente
Cuando se presenta un absceso dental y no se indica tratamiento adecuado o no se cumple adecuadamente este, es muy probable que la infección se extienda a otras áreas del cuerpo, provocando complicaciones graves y algunas potencialmente mortales. No es tan común que este tipo de infecciones se propaguen, pero en algunas regiones debido al poco acceso a servicios básicos como el agua, salud y alimentación, es probable que se presenten.
Los síntomas de una infección dental que se propaga al cuerpo incluyen: 1. Fiebre 2. Dolor de cabeza 3. Mareo 4. Fatiga 5. Enrojecimiento de la piel 6. Sudoración/escalofrío
Es posible que antes de diagnosticar o iniciar cualquier tipo de tratamiento, su odontólogo realice ciertos exámenes diagnósticos que le permita orientar adecuadamente su manejo. Algunos ejemplos de exámenes diagnósticos pueden ser: radiografías, tomografía computarizada, inspección en el lugar de la infección y/o pruebas térmicas para identificar la sensibilidad de la encía.
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