La erupción dentaria es un proceso dinámico, que comienza con la formación del germen dentario desde el desarrollo del feto hasta su colocación en la cavidad bucal, en posicionamiento con los demás dientes para sus funciones. A partir de la sexta semana de embarazo y siguen desarrollándose hasta erupcionar en la boca. Por ello es tan importante la alimentación de la embarazada; cualquier problema de salud de la madre o del bebé durante este periodo podría afectar la estructura de los dientes temporales. Por ejemplo, los bebés prematuros y/o con bajo peso al nacer, tienen más probabilidades de presentar alteraciones del esmalte que los nacidos a término.
Los dientes temporales son esenciales para el correcto desarrollo del complejo oral, muchas veces son considerados como carentes de importancia y fácilmente desechables porque serán reemplazados por los «verdaderos» dientes unos años después de su aparición. Es importante que el odontólogo recalque la importancia de esta dentición debido a que sus características y componentes les permiten cumplir a la perfección durante los primeros años de vida con sus funciones. Las funciones de esta dentición y su presencia aseguran el estímulo funcional para el desarrollo pleno de los arcos dentarios, preservando el espacio de sus dientes permanentes y delimitando el trayecto por el que deberán erupcionar éstos, en condiciones ideales. La pérdida prematura de los «dientes de leche» por caries a consecuencia de pobres hábitos de higiene, repercute disminuyendo los espacios que necesitarán los dientes permanentes para su erupción, ocasionando apiñamiento dental (dientes encima de otros dientes), el cual a su vez impedirá una adecuada higiene y una adecuada función produciendo a su vez, más caries y alteraciones de la encía, el hueso, (gingivitis y enfermedad periodontal) independientemente de las alteraciones estéticas y psicológicas que el apiñamiento y la maloclusión pueden producir en el paciente, hoy en día es muy común el bullying entre los infantes, aparte del dolor de tener dientes con enfermedades, los niños padecen de burla de sus compañeros por su apariencia en los dientes, esto puede dañar el estado de ánimo de los niños, ocasionando depresión.
Se debe concienciar a la población de la importancia de la dentición temporal y de la repercusión que éstos tienen en la futura salud dental y correcta oclusión del adulto.
Cuando se pierde un diente temporal antes de tiempo, la encía se vuelve fibrosa (dura), y por ende al querer salir el diente permanente no puede hacerlo por lo dura que está la encía, entonces muchas veces se requiere hacer un tratamiento llamado “Ulectomia”, que consiste en cortar la encía del menor, para que así pueda erupcionar el diente permanente.
Los seres humanos, poseemos dos tipos de denticiones: la decidua o temporal, compuesta por 20 dientes, y la permanente con 32. Luego de la formación y mineralización de las coronas, empiezan a formarse las raíces de los dientes y los tejidos de soporte: cemento, ligamento periodontal y hueso alveolar.
Es importante mencionar que los dientes temporales son más pequeños, más achatados y más blancos que los dientes definitivos.
La dentición temporal, conocida también como dentición infantil, de leche, decidua o primaria, es el primer juego de dientes que aparecen en los niños aproximadamente a partir de los 6 meses de edad. Esta dentición será reemplazada a partir de los 6 años por la dentición permanente.
Los dientes temporales se dividen en 3 grandes categorías (En la dentición temporal no se encuentran presentes los premolares como en la permanente):
La aparición de los primeros dientes suele ser a los 6 meses y se prolonga aproximadamente hasta los 30 meses, aunque hay bebés que tienen el primer diente a los tres meses o retrasan la salida hasta cumplir el año.
La cronología aproximada de aparición es la siguiente:
Intenta que el orificio del biberón tenga un flujo similar al de los senos maternos para que el bebé realice los ejercicios de succión necesarios.
Como su nombre lo indica, la dentición mixta implica la existencia de la dentición temporaria con la dentición permanente. Simultáneamente al recambio de los incisivos centrales inferiores se da la aparición de los primeros molares permanentes, también llamados «molares de los seis años» por ser esta su edad de aparición más frecuente. Posteriormente se produce el recambio de los incisivos centrales superiores y de los incisivos laterales, tanto superiores como inferiores configurando una dentición en la que están presentes los 4 primeros molares permanentes (dos superiores y dos inferiores) y los 8 incisivos permanentes (cuatro superiores y cuatro inferiores) coexistiendo con los caninos y molares deciduos, escenario que dura aproximadamente desde los 6-7 años hasta los 12-13 años.
A partir de los 10 años se producen los últimos fenómenos del recambio dentario, propiamente dicho, los caninos y molares temporarios o de leche dan lugar a la aparición de sus reemplazos: caninos temporarios por caninos permanentes y molares temporarios por premolares.
La no aparición de los primeros dientecitos del bebé en la edad en la que «deberían» aparecer en la boca, es motivo de frecuente consulta al dentista, ya que el tema es motivo de socialización entre los padres, familiares y amistades que comparan con similar evento en otros lactantes e inquieren respuestas simples, claras, que les permita satisfacer la curiosidad o calmar la angustia que por tal motivo se hubiera generado. De hecho, el retraso en la erupción de la dentición decidua, es un hecho común y puede nombrarse como «normal» pudiendo iniciarse la misma después de los 6 meses y hasta los 2 años.
Los casos de anodoncia (ausencia de formación de los gérmenes dentarios), se presenta menos en la dentición permanente, afectando habitualmente a un solo diente (incisivos laterales o terceros molares). La verificación, en cualquier caso, es radiológica.
Existe también anodoncia en síndromes de la ausencia de dientes, pero esto es menos común y muchas veces genético, una valoración con el especialista podrá descartar o confirmar cualquier enfermedad.
Un escenario mucho menos frecuente es aquel en el que se produce una erupción prematura de la dentición temporaria o «de leche». Se denomina «diente natal» al diente temporario visible en la boca en el momento del nacimiento, incluso si no ha erupcionado por completo. El denominativo «diente neonatal» se aplica al diente temporario que empieza a erupcionar durante los primeros 30 días de vida extrauterina. La frecuencia de presentación de ambos es muy baja, su aparición ha generado mitos en los padres, que deben ser despejados por el odontopediatra, desde aquellos que los vinculan con malos presagios hasta la ingesta del dientecito durante el amamantamiento. En todos los casos, está indicada la interconsulta con el odontólogo de niños quien verificará radiográficamente si se trata de un diente de la dentición normal o de un supernumerario. En el primer caso está indicada la preservación y cuidado del dientecito en tanto no interfiera con la lactancia materna, mientras que en el segundo caso está indicada la extracción.
La higiene dental de los más pequeños es objeto de preocupación para sus padres. Después de la erupción de los primeros dientes de leche surgen mil dudas respecto al proceso a seguir, a continuación, se explicará, de esta manera evitaremos problemas en sus piezas dentales, como las caries, acumulación de placa dentobacteriana o sarro.
Tengamos en cuenta que la caries infantil puede ser causa de aparición de dolor de muelas en el niño (en la mayoría de veces pasa desapercibido). Asimismo, un proceso infeccioso de larga evolución en un diente temporal puede llegar a afectar el germen del diente definitivo. Es importante la corrección de los malos hábitos a esta edad. La succión del pulgar, tan frecuente en el lactante, es una de las principales causas de maloclusión tributaria de tratamiento ortodóntico unos años más tarde. El uso del chupete también debería erradicarse al finalizar el primer año de vida. Es importante enfatizar que impregnar el chupete en miel, azúcar o leche condensada para tranquilizar al lactante es otro de los hábitos más nocivos y de peores consecuencias cariogénicas a esa edad.
La higiene bucodental de tus hijos no comienza con la erupción de los dientes de leche. Desde que tienen pocos días de vida, es imprescindible mantener una rutina de higiene de sus encías y lengua con una gasa limpia que hayas sumergido en agua, ya que los restos de leche pueden traer enfermedades bucales
Desde que sale el primer diente de leche es importante cepillarlo con un cepillo infantil de cerdas suaves y agua, conforme vaya creciendo el niño se debe adaptar una rutina de cepillado.
A partir de los dos o tres años, cuando haya una mayor cantidad de dientes de leche, empieza a limpiar sus dientes con un cepillo infantil y muy poca cantidad de pasta dental (del tamaño de una gota de agua). Lo mejor es hacerlo en familia y delante de un espejo, ya que así se podrá fijar en cómo lo haces.
A partir de los tres años y hasta los seis o siete años, tienes que aumentar la cantidad de pasta de dientes del cepillo (del tamaño de un grano de elote). A pesar de que es recomendable que lo hagas tú, a partir de este momento puedes hacerles partícipes para que lo tomen como una rutina, ya que por lo regular a los niños no les gusta cepillar sus dientes.
Después de los seis años pueden empezar a cepillarse los dientes por sí mismos. Recuérdales los movimientos que tienen que realizar para que la higiene sea totalmente efectiva. Supervisa cómo lo hacen para asegurarte de que sus hábitos sean correctos y de que aplican la cantidad de pasta adecuada, pues muchos niños tienden a depositar demasiada.
Recuerda que es muy importante que los niños visiten al dentista desde que son pequeños. Podremos realizar revisiones periódicas y educarlos a ellos y a sus padres para que puedan mantener una buena higiene bucodental e intentar que tu hijo nunca padezca caries dental, no para tratarlo.
Además, así tomarán el dentista como un hábito lo que les ahorrará futuros problemas, enfermedades y gastos en enfermedades que se pueden prevenir con revisiones cada 6 meses.
Los dientes de leche, a pesar de su carácter temporal, es importante cuidarlos bien para evitar dolencias en los niños.
Los consejos y el asesoramiento temprano del dentista te ayudarán a que nunca sufra de un dolor de muelas o deba pasar por una anestesia dental.
En tanto más temprano se inicien las visitas al odontólogo, se reforzarán las medidas de higiene y salud oral, se detectan tempranamente procesos infecciosos del tipo de la caries dental, se facilitará el desarrollo de una relación libre de dolor y ansiedad entre el niño y el odontólogo y le permitirá a éste, hacer una temprana evaluación sobre el desarrollo de las piezas dentales y sus bases óseas que pudieran derivar en posibles alteraciones de la oclusión.
Bajo esta orientación, abordaremos los aspectos más importantes que permitan al odontopediatra no sólo resolver las dudas de los padres de sus pequeños pacientes, iniciando acciones concretas para favorecer su higiene y salud oral, sino también promover la concientización sobre la futura relación entre su paciente y el odontólogo.
Si tiene alguna pregunta sobre este u otros temas, puede contactarnos en Channel Island Family Dental, así como nuestra página en Facebook. Esperamos su visita y haremos un diagnóstico oportuno. Nuestros dentistas en Oxnard, Santa Paula, Ventura, Newbury Park y Port Hueneme podrán orientarlo hacia el mejor tratamiento para cuidar su salud y devolverle su mejor sonrisa.
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