Last Updated on: 5th diciembre 2024, 08:26 am
La caries dental es una enfermedad crónica, infecciosa y multifactorial transmisible, ocurre en la estructura dentaria en contacto con los depósitos microbianos y, debido al desequilibrio entre la sustancia dental y el fluido de placa circundante, dando como resultado una pérdida de mineral de la superficie dental, cuyo signo es la destrucción localizada de tejidos duros. Se clasifica como una enfermedad transmisible e irreversible, se caracteriza por un desequilibrio bioquímico; que puede conducir a cavitación y alteraciones del complejo dentino-pulpar.
Muy prevalente durante la infancia, constituye por su magnitud y trascendencia un importante problema de salud pública. Suele aparecer en los niños y en los adultos jóvenes, pero puede afectar a cualquier persona y son la causa más importante de pérdida de los dientes en las personas más jóvenes.
El 90% de la población mundial tiene o ha tenido caries, esta enfermedad solo se cura acudiendo al odontólogo para que elimine la caries (no se quita sola), al contrario, conforme va pasando el tiempo, empeora, el tratamiento depende del estado en que se encuentre avanzada la caries.
CÓMO PREVENIR LAS CARIES
Actualmente hay muchos métodos de prevención para evitar que se forme caries, desde una técnica de cepillado correcta, limpiezas dentales semestrales, uso de flúor, selladores de fosetas y fisuras, en caso de que la caries ya este formada, se puede eliminar el tejido cariado y restaurar con material sintético llamado resina dental, pero muchas veces los pacientes permiten que avancen demasiado destruyendo gran parte del tejido de los dientes y se requieren otros tratamientos especiales y costosos, como endodoncias, endopostes, incrustaciones o prótesis fija para restituir la funcionalidad del diente, en casos extremos no hay solución y se pierden los órganos dentales.
La caries dental es una enfermedad de origen multifactorial en la que existe interacción de tres factores principales: el huésped (higiene bucal, la saliva y los dientes), la microflora (infecciones bacterianas) y el sustrato (dieta cariogénica). Además de estos factores, deberá tenerse en cuenta uno más, el tiempo. Para que se forme una caries es necesario que las condiciones de cada factor sean favorables; es decir, un huésped susceptible, una flora oral cariogénica y un sustrato apropiado que deberá estar presente durante un período determinado de tiempo.
CARIES DENTALES
La primera señal es la aparición de un cambio de color en el diente que se vuelve blanquecino y sin brillo, en esta fase inicial de mancha blanca la lesión es aún reversible pudiéndose evitar la cavitación.
Si la lesión persiste se observa un borde amarillo, marrón o negro a nivel de la zona careada. En la fase más avanzada se produce ya una pérdida de tejido dental y el esmalte se acaba rompiendo apareciendo una cavidad en el diente y se observa de color café o negro.
En el esmalte, la caries progresa lentamente. Después de penetrar en la segunda capa del diente, algo más suave y menos resistente, denominada dentina, la caries se extiende con rapidez y avanza hacia la pulpa dental, la parte más profunda del diente, que contiene nervios y vasos sanguíneos. Aunque una caries puede tardar entre 2 y 3 años en penetrar el esmalte, en tan solo un año puede recorrer una distancia mucho mayor y pasar de la dentina hasta la pulpa. Por eso, la caries de la raíz que se inicia en la dentina puede destruir en poco tiempo gran parte de la estructura del diente.
El diagnóstico se realiza el odontólogo mediante la inspección visual, utilizando un espejo e instrumento llamado explorador dental, así como con la ayuda una exploración radiológica, que nos dará mayor información sobre la extensión de la caries y sobre las lesiones interproximales.
Cuando las caries son incipientes (pequeñas) y solo afectan al esmalte no producen dolor, pero si la caries se extiende hacia el interior del diente, la ingesta de dulces, las bebidas frías o calientes puede provocar molestias, sensibilidad e incluso dolor.
Cuando la infección progresa el dolor puede ser intenso y continuo y aparecer complicaciones como la pulpitis reversible, irreversible o infecciones más graves.
CONCLUSIÓN
Hay diversos factores de riesgo de caries:
- Placa
- Sarro
- Defectos en la superficie dental
- Alimentos azucarados o ácidos
- Déficit de flúor en la dentadura
- Flujo reducido de saliva (por ejemplo, debido a medicamentos o sustancias, radioterapia para el cáncer o trastornos sistémicos que causan disfunción de la glándula salival)
La placa bacteriana es una sustancia similar a una película compuesta de bacterias, saliva, restos de comida y células muertas, que se deposita continuamente en los dientes.
El sarro, también denominado científicamente como cálculo, es la placa endurecida. Puede ser blanco, aunque generalmente es amarillo, y se forma en la base de los dientes.
Para que aparezca la caries dental, la pieza dental ha de ser propensa a ella, y también deben estar presentes la bacteria productora de ácido y los nutrientes (como el azúcar) que permiten a la bacteria desarrollarse y producir ácido. Un diente propenso a sufrir caries presenta una relativa escasez de fluoruro protector en el esmalte o bien muescas, estrías o fisuras que retienen la placa. La mala higiene bucal, que permite la acumulación de placa bacteriana y sarro, puede acelerar el proceso de caries. Aunque la boca contenga gran cantidad de bacterias, solo algunos tipos generan el ácido que causa la caries en el diente. La bacteria que con mayor frecuencia es responsable de la caries dental es Streptococcus mutans.
Los nutrientes necesarios para las bacterias que causan la caries provienen de la dieta. Cuando los niños se quedan dormidos con el biberón (a no ser que este sólo contenga agua), sus dientes están en contacto prolongado con la leche de fórmula, la leche materna o el zumo, lo que incrementa la posibilidad de caries dental. Las grandes cantidades de azúcar en la dieta también sirven de alimento a las bacterias.
El ácido de la alimentación acelera la formación de caries dental. (Por ejemplo, los refrescos, las bebidas deportivas y las bebidas energéticas, todas las cuales son habitualmente ácidas, tienden a favorecer la caries dental).
La reducción del flujo de saliva a causa de medicamentos o trastornos (tales como el síndrome de Sjögren) provoca mayor riesgo de caries dental. Las personas de edad avanzada a menudo toman medicamentos que reducen el flujo de saliva, incrementando así el riesgo de caries.
La recesión de las encías también provoca que la caries dental sea más propensa a desarrollarse, ya que puede exponer las raíces de los dientes, que no están protegidas por una capa de esmalte externa. De esta manera, las bacterias pueden acceder a las capas internas de los dientes con más facilidad. La recesión de las encías y la reducción del flujo salival provocan que las personas de edad avanzada sean más propensas a la caries de las raíces de los dientes.
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